en su caro ataúd

se clavan a fuego pilares al suelo,
juntando palabras del mundo que vemos,
marchando despacio los pies que vinieron
queriendo quedarse por toda la vida,
mas siempre hay castigo para quien olvida
que no hay una vida que evite morir.

se hunden al viento peldaños de nada,
son solo palabras formando mil playas,
caretas que usamos segun temporadas,
trazando en la orilla montañas de agua,
tirarnos al cielo creyendo que rompen
las olas tan cerca de nuestra mirada.

se enreda la luna que amaina la fragua,
lastrando cenizas, la brasa que aplaca
en versos cosidos al son tramontana,
los pasos que marcan las piedras que traban,
la vida, el lienzo, promesas baratas,
volver a sentirme de nuevo en tu cama.

se achica la calma al ver que levanta
el ruido las ganas de andar hacia el fin.
Llegar a tu puerta, surcar en la mierda,
pagar el peaje.. sacarte de ahí,
de nuevo lo muestro, no se ser sutil.

se aclaran los versos,
se entienden las frases,
que no hablan de nada que no seas tu,

se sueña con fuego,
se quema con hielo,
se acerca del fondo la mítica luz.

se abre la puerta,
se acuesta el cadaver,
se entierra con mantos de punto de cruz.

modesto mi intento,
insisto en el verbo,
el tiempo del lodo en su caro ataúd.